Cervicalgia

Cervicalgia significa simplemente “dolor en la zona cervical de la columna”, por lo que no es un diagnóstico o nombre de ninguna patología en concreto, sino más bien un término representativo para referirse a dolor de cuello. Normalmente ese dolor proviene de problemas mecánicos de las articulaciones y músculos de las vértebras cervicales y no siempre es debido a la artrosis (desgaste) de las articulaciones cervicales como se venía pensando. Los estudios científicos muestran que no existe relación entre la artrosis de columna y el dolor de columna cervical y la artrosis tiene la misma incidencia en personas con dolor que sin dolor.

¿Porque ocurre?

Malas posturas, traumatismos, estrés y tensión nerviosa, esfuerzos, etc., pueden dañar e inflamar las articulaciones, músculos, ligamentos y nervios del cuello dando lugar a dolor, contracturas, pérdidas de movilidad, dolores de cabeza, mareos, vértigos, dolor hacia a los brazos y hormigueos en las manos entre otros síntomas.
Debido a que el dolor de cuello (cervicalgia) puede producirse por diversos tipos de lesiones, que producen síntomas parecidos, es preciso identificar la causa en concreto de cada paciente para poder aplicar un tratamiento adecuado y no sólo tratar los síntomas que produce, para evitar que la lesión empeore y se cronifique.

Tratamiento fisioterapico:

Calor, es un relajante muscular natural y sus efectos en este tipo de dolencias suelen ser buenos. Aunque hay que llevar cuidado con el tiempo de administración, ya que un uso prolongado no resulta beneficioso para el músculo. El uso de las mantas eléctricas se debe restringir en el tiempo de aplicación y además no siempre esta indicado.
Técnicas de estiramiento: son movilizaciones o ejercicios físicos que propician la elongación del complejo miofascial. Los objetivos consisten en alargar los músculos y fascias y de esta forma permitir un mayor rango de movimientos de la zona cervical ayudando al músculo a recuperar la elasticidad perdida.
Movilizaciones pasivas-activo asistidas: buscamos aumentar el rango de movilidad articular, mediante el estiramiento de la musculatura y estructuras periarticulares, contracturadas o retraídas, acompañado de una ligera tracción simultánea de manera manual.
Técnicas de fortalecimiento (isométricos): sería la última fase del tratamiento, en el que el dolor ha disminuido y hemos mejorado la situación muscular y articular. Es importante que la musculatura tenga un tono adecuado que nos ayude a evitar posibles problemas.
Osteopatía.
Ergonomía postural.
La evolución de la cervicalgia tras el tratamiento de fisioterapia suele ser muy positiva, encontrando que los síntomas remiten tras varias sesiones de tratamiento.
Varias recomendaciones:
Es importante evitar en la medida de lo posible una inmovilización parcial o total de la zona lesionada, pues generalmente esto ampliará el tiempo de recuperación y puede complicar el cuadro sintomático.
Es vital no sólo tratar la patología una vez se ha instaurado, sino tener una correcta higiene postural y realizar un tratamiento preventivo si por nuestro trabajo o por nuestro ritmo de vida somos propensos a presentar “dolor de cuello”.